Por fortuna, no es necesario alcanzar un 100 % de humedad relativa para que la tierra se empape.
Para cada temperatura de aire y grado de humedad relativa, la humedad atmosférica condensará sobre las superficies que se encuentren lo bastante frías. Esta es la causa del rocío y la escarcha que muchas mañanas empapa los suelos y las plantas de muchos lugares aportando así un agua que puede resultar esencial.
En el desierto de Namibia, insectos como el escarabajo Stenocara gracilipesy plantas como la Welwitschia mirabilis han desarrollado sofisticadas estrategias para captar este rocío y poder sobrevivir.
Ecosistemas enteros como los bosques de la isla canaria de La Gomera se han adaptado para recoger la humedad aérea que les facilita su proximidad al océano y convertirla en precipitaciones, un fenómeno que se conoce como lluvia horizontal.