Los ecólogos denominan plancton al conjunto de organismos que viven flotando en el agua de lagos y océanos, en suspensión. Estos organismos se distinguen del necton por su incapacidad para nadar y dirigir su desplazamiento, como los peces o los cefalópodos. El último de los grandes grupos ecológicos lo constituye el benton, que vive en el fondo de mares ¡o fijos en los cascos de los barcos! En las fases iniciales de su ciclo vital, muchos organismos nectónicos y bentónicos forman parte del plancton, como huevos o larvas.
El plancton, por tanto, incluye una numerosísima colección de organismos, desde las cianobacterias que poblaron los primitivos océanos de la Tierra hasta los enormes bancos de medusas que proliferan en los humanizados mares actuales. El plancton constituye, de hecho, la práctica totalidad de la biomasa marina, y estando su mayor parte formado por seres microscópicos con un ciclo de vida breve, es un elemento fundamental de los grandes equilibrios de la biosfera terrestre y su actividad es clave para la producción de oxígeno, el sumidero de carbono y la formación de nubes.
¿Un plancton fósil?
En marzo de 2012, científicos rusos y franceses de la base antártica Vostok culminaron la perforación de los 3.600 metros de hielo sobre el lago Vostok. Uno de los principales objetivos del proyecto es averiguar si existe vida en esas aguas selladas por el mando de hielo hace millones de años.Para no contaminar las aguas del lago, la cabeza de la perforación se retiró justo cuando alcanzó la superficie líquida aunque unos 200 ml de agua inmediatamente congelada se adhirió al equipo.
A la espera de introducir en mayo de 2013 una sonda especialmente diseñada, el análisis preliminar de aquella primera muestra de 200 ml de agua del lago detectó unos 8 microbios por mililitro, una cantidad pequeñísima similar a la que pueden encontrase en un laboratorio descontaminado y que los científicos identificaron como procedente de las grasas del equipo de perforación.
A pesar de este primer resultado negativo, la relación entre la vida y el agua es tan estrecha que los científicos esperan encontrar vida incluso en este ambiente extremo, quizás algún tipo de nanoplancton.