Nenúfares y papiro del Nilo – Egipto
Herodoto dijo que Egipto era un don del Nilo. La inundación anual del valle del río que regaba y fertilizaba estas tierras desérticas determinaba la vida de este gran oasis egipcio. Esta gran civilización antigua cuyos monumentos siguen asombrándonos era -y sigue siendo- un inmenso jardín. En las riberas del Nilo y su Delta, el papiro Cyperus papyrus y la flor de loto Nymphaea cerulae eran los símbolos nacionales del Bajo y Alto Egipto.Según la mitología egipcia, Ra, el dios Sol, su principal divinidad nació de un loto azul que flotaba entre las oscuras aguas del caos.
En su precioso estilo naturalista, los frescos y jeroglíficos egipcios nos han legado innumerables registros de la belleza y exuberancia de este gran jardín que es el valle del Nilo, de las flores, plantas, aves, peces y reptiles que poblaban las aguas y riberas del gran río. Las paredes de los palacios y tumbas de los antiguos egipcios nos muestran también su conocimiento sobre los métodos de riego y técnicas agrícolas. Y en una tumba de hace 3.400 años de antigüedad, los arqueólogos encontraron dibujado en un papiro el que, posiblemente, sea el más antiguo plano de un huerto y jardín, un lugar que su dueño sin duda quería volver a disfrutar en el más allá.
Selva de Iquitos, Perú – Cuenca del Amazonas
Iquitos es un puerto fluvial de casi medio millón de habitantes en la cuenca alta del río Amazonas, en Perú. Situada entre los ríos Nanay, Itaya, el propio Amazonas y entre innumerables lagos que forman los cursos abandonados, Iquitos conserva numerosos palafitos que llegan a constituir barrios enteros, como la ciudad flotante de Belén.
Fundada como una pequeña misión jesuita en medio de la selva, esta ciudad creció en la fiebre del caucho de finales del siglo XIX que llevó al Amazonas un enorme caudal de dinero e inmigración europea. Un siglo después de aquel esplendor, Iquitos vuelve hoy a atraer un creciente turismo ambiental interesado por esta peculiar población y, sobre todo, por la exuberante vegetación de la selva ecuatorial y la extraordinaria fauna de sus ríos, en los que incluso se pueden encontrar los raros delfines de agua dulce.
Entre las principales atracciones se encuentran los paseos en barca por los tranquilos cursos fluviales tapizados de plantas acuáticas y entre las que destaca el nenúfar conocido como Victoria Regia, cuyas hojas alcanzan los dos metros de diámetro y pueden soportar el peso de un niño. La flores de este nenúfar gigante, que se abren apenas durante dos días, desprenden un delicado perfume para cerrarse y sumergirse, madurando su fruto bajo el agua.
El jardín del Edén
Las marismas del Tigris y el Éufrates, entre Irán e Iraq, es el lugar en el que muchos han querido ver el mítico Jardín del Edén que relata el libro del Génesis, y en el entorno de estas marismas se encuentran los restos de la ciudad de Ur, que visitó Abraham. Hasta hace menos de cincuenta años, en esta zona se podían encontrar pescadores y agricultores que seguían usando los mismos botes semiesféricos de cuero y las construcciones de paja que los sumerios representaran en sus tablillas hace cinco mil años, y que demostraban la pervivencia de formas de vida directamente heredadas del neolítico.
Este humedal –el mayor de todo Oriente Medio-, fue deliberadamente desecado de forma dramática en las últimas décadas mediante la regulación de los cauces para aprovechar sus aguas. No obstante desde hace algunos años, algunos nuevos programas medioambientales pretenden revertir este desastre natural, humano y patrimonial.
El Mar de los Sargazos – Atlántico occidental
El mar de los Sargazos es una zona de calmas en el Atlántico oriental donde proliferan algas flotantes –los sargazos- que constituyen enormes masas vegetales entrelazadas a modo de bosque marino. Estas masas de algas fueron ya descubiertas y registradas por Cristóbal Colón en sus viajes de regreso de América, y en la ausencia de vientos que impedía el avance de las naves comenzó a gestarse la leyenda de que las algas atrapaban los barcos. La presencia de semejante tapiz vegetal en la superficie hizo pensar a algunos que aquella era zona de bajíos, y en este error otros acabaron por situar aquí la mítica Atlántida, derivando esta serie de invenciones en el moderno mito del Triángulo de las Bermudas, que se popularizó a mediados del siglo XX.
El Mar de los Sargazos fue bautizado por Cristóbal Colón al servirse del genérico argazo o sargazo con el que en Galicia y norte de Portugal se denominaban las algas que arrancadas del fondo y arrastradas por corrientes y oleaje acababan amontonadas en las ensenadas tranquilas o las playas, y que todavía hoy son aprovechadas para el abono de los campos de cultivo.
Bosques de mejillones – Galicia
Este bosque submarino es artificial, cual jardín colgante de las bateas o mejilloneras, que son las plataformas en las que se cultiva el mejillón en las rías gallegas. Apiñonados a cuerdas de unos diez metros de longitud, engordan la semilla de mejillón recolectada en la costa rocosa de las inmediaciones y trasladada a las bateas, que dispuestas en lugares escogidos combinan la protección de las rías frente a los temporales de invierno con el acceso a las aguas abiertas nutren del plancton oceánico a estos moluscos
En realidad, este es un bosque animal, pues junto al mejillón en las cuerdas crecen ascidias, balánidos, esponjas, gasterópodos y peces encuentran aquí protección y alimento.
Pantano Atchafalaya, Lousiana – USA
El mayor pantano de los EEUU, en el delta del Mississippi, con unos 2.400 km2 de superficie, ofrece una gran variedad de biotopos palustres conforme sus aguas pasan de dulce a salobre, en la proximidad del océano, y entre todos sobresale por su espectacular belleza los bosques de cipreses calvos, donde encuentra refugio numerosa fauna.
El Pantanal – Brasil
En esta zona del Matto Grosso situado entre Brasil, Paraquay y Bolivia, se encuentra el Pantanal o la Laguna de Jarayes, una gigantesca zona inundable de entre un tercio y la mitad de la superficie peninsular de España. Este inmenso humedal recibe la mayor parte de los aportes de agua entre los meses de octubre a marzo, y ve reducir el nivel de abril a septiembre, durante la llamada estación seca.
Aquí, los botánicos han identificado miles de especies vegetales y la mayor variedad de flora acuática del planeta, los ornitólogos pueden admirar seiscientas cincuenta especies distintas de aves tropicales, casi el doble de las que se pueden encontrar en España. Entre los vertebrados terrestres se encuentran especies tan emblemáticas como la anaconda, el yacaré, el jaguar, el pecarí, el tapir o el oso hormiguero gigante.
Bosques de Kelp gigante – Nueva Zelanda
Aunque el nombre genérico de kelp hace referencia a un orden de algas pardas entre las que se incluyen numerosas familias y especies, es la mayor de ellas, Macrocystis pyriferia, el kelp gigante, la que bate los records de tamaño y crecimiento. Este alga, que vive en zonas rocosas de aguas templadas y frías de las costas del Pacífico, crea verdaderos bosques de algas que acogen y alimentan a multitud de especies animales. Su enorme tamaño y densidad modifica la ecología de las zonas donde se encuentra, llegando a modificar incluso la química de las aguas.
Las plantas de kelp gigante pueden llegar a medir 50 metros de largo y crecer más de medio metro en un solo día. Además, en ciertos lugares, el kelp gigante forma parte de la dieta humana local, e incluso ha tenido interés industrial como fuente de yodo, potasio y otros elementos químicos, aunque su principal interés industrial hoy día es la extracción de alginatos, de usos alimentarios y cosméticos. Debido a su increíble tasa de crecimiento, algunos proyectos valoran su extracción para fabricar biodiesel.
Manglares de Bugtongbato y Naisud – Filipinas
El manglar o mangle es un bosque característico de las costas tropicales formado por especies arbóreas adaptadas a las aguas salobres del océano. Los manglares crecen sobre fondos arenosos o fangosos de poca profundidad, y constituyen abigarrados entramados de árboles –por lo general, de unas pocas especies locales- que crean una densa barrera de troncos y raíces que preservan la costa de la erosión. Además desempeñan un papel importantísimo al ser hábitat de muchas especies marinas en sus etapas juveniles, por lo que su preservación es fundamental para la supervivencia de las pesquerías locales.
En Filipinas, donde los manglares han sufrido una dramática deforestación que ha reducido su extensión a un quinto de la que tenían hace un siglo, el manglar de Butgtong-Bato y Naisud, en el municipio de Ibajay constituye un magnífico ejemplo de un manglar maduro y con una elevada diversidad, al acoger 28 de las 35 especies arbóreas que existen en las Filipinas. Entre todos ellos, sin embargo, destacan los centenarios ejemplares de Avicennia rumphiana, de veinte metros de altura y hasta ocho de perímetro.
Arrozales de Yuanyang. Yunnan – China
Los arrozales de Yuanyang, al sur de China, constituyen uno de los paisajes artificiales más bellos de la Tierra. Yuanyang se localiza en la provincia de Yunnan, que con un tamaño similar al de Alemania y una población semejante a la de España, presenta una enorme diversidad cultural, geográfica y paisajística, debida en buena parte a las diferencias de altitud, que van desde los 6.700 a menos de 100 metros sobre el nivel del mar.
En las montañas del sur de esta provincia, lindando con Vietnam, la inundación de las terrazas agrícolas construidas a lo largo de los siglos para plantar arroz, en las empinadas laderas convierte el paisaje en una irreal estampa de vívidos colores.
Bosques de plancton en los vórtices oceánicos
En la medida en que una mejor comprensión de la ecología terrestre ha localizado la principal fuente de oxígeno de la atmósfera en el fitoplancton oceánico y no tanto en los grandes bosques continentales, ha ganado difusión la noción del bosque planctónico para hacer referencia a las grandes –y efímerasproliferaciones de fitoplancton cuando se dan las circunstancias favorables. Y precisamente uno de los lugares en los que el fitoplancton encuentra condiciones apropiadas es en las turbulencias, remolinos o vórtices que se generan cuando se unen y mezclan dos corrientes de agua oceánica y que pueden mantenerse durante días, semanas o incluso años dependiendo de las propias corrientes.
Humedales artificiales
Los humedales naturales tienen efectos sobre la calidad de las aguas, por ejemplo clarificando las aguas al retener partículas en suspensión o desmineralizándolas al utilizar las plantas los elementos químicos disueltos descomponiéndolos o fijándolos en sus tejidos. Estas funciones naturales de los humedales comienzan a ser aprovechadas y potenciadas para depurar aguas residuales mediante sistemas biológicos de bajo impacto medioambiental y bajo coste económico. Aunque por lo general son sistemas de pequeño tamaño, los humedales artificiales con plantas seleccionadas y sistemas hidráulicos de diseño son cada vez más comunes en todo el planeta.