La clasificación ecológica más extendida del plancton marino lo divide en fito y zooplancton, es decir, plancton vegetal –autótrofo- y animal –heterótrofo- que se alimenta de otro plancton, ya sea este animal o vegetal.
El fitoplancton constituye la base de toda la cadena trófica de los océanos, y en su mayor parte vive en los primeros metros del océano, pues necesita luz para realizar la fotosíntesis. La otra variable que determina la floración del fitoplancton es la existencia de nutrientes –nitrógeno, fósforo, etc.- que son aportados desde los continentes por los glaciares, ríos y vientos, o desde el propio océano por el afloramiento en superficie de las corrientes profundas enriquecidas por una pausada lluvia de detritos y materia orgánica en descomposición a lo largo de cientos de años. En las zonas de afloramiento o upwellig se localizan los mayores caladeros de pesca del planeta.
¿Sabías que…?
Uno de los proyectos de geoingeniería global en un estadio de mayor desarrollo experimental consiste en el cultivo del plancton para reducir el CO2 atmosférico? Este proyecto pretende fertilizar los mares con hierro para inducir así la floración del fitoplancton y la captura de CO2 atmosférico, que acabaría sedimentado en el fondo del océano. Sin embargo, por el momento los resultados no han sido los apetecidos.